Una vez que hemos hablado acerca de qué es, las causas, tipos y síntomas de la Esclerosis Múltiple, es hora de hablar de sus diversos tratamientos.
Cabe mencionar que antes de realizar cualquier tratamiento
es necesario informar al enfermo y sus familiares acerca de la naturaleza de la
enfermedad y de las ventajas y desventajas de los tratamientos que se vayan a
realizar ya que el enfermo debe sentirse partícipe en todas
esas decisiones.
- Neurólogo
- Oftalmólogo
- Medico de familia
- Profesionales de salud mental (Psicólogo y Psiquiatra)
- Profesionales de rehabilitación (Terapeuta Ocupacional y Fisioterapeuta)
Algunas de las estrategias que se pueden emplear junto con el tratamiento son:
- Prevenir déficit secundarios, como pueden ser las contracturas articulares derivadas de la espasticidad.
- Entrenar nuevas habilidades para que el paciente pueda mantener una determinada función, mediante la potenciación de los sistemas sanos o la capacidad funcional de los sistemas afectados.
- Compensar con ayudas técnicas funciones que no se pueden reeducar.
- Instruir a una tercera persona que realice un manejo correcto del paciente cuando ya le sea imposible realizar por sí mismo determinadas actividades, pero siempre estimulando al usuario para mantener su máxima autonomía posible
- Modificar entorno social y laboral.
- Técnicas psicológicas de educación y soporte al paciente, la familia y los cuidadores.
El tratamiento se basa en:
- Tratamientos con base inmunológica para evitar y retardar la aparición de brotes
Tratamiento en la fase aguda: se basa en la administración de metilprednisolona durante un periodo corto de unos 5 días seguido posteriormente de una pauta descendente oral.
Tratamiento para prevenir la progresión de la enfermedad: se trata de una inhibición del sistema inmunológico mediante inmunosupresores e inmunoestimuladores.
- Tratamiento sintomático y rehabilitador, existen tratamientos de gran efectividad para muchas de las complicaciones que presenta la enfermedad, como son:
Fatiga: responde a fármacos y a estrategias de rehabilitación o al empleo de medios ortopédicos.
Depresión y alteraciones del sueño: pueden incrementar la fatiga. Se debe reconocer e iniciar posteriormente un tratamiento psicológico por medio de grupos de psicoterapia o psicoterapia individual, a la vez que a sus familiares.
- Trastornos por dolor
- Trastornos por déficit de la sensibilidad
- Trastornos visuales
- Trastornos motores
- Trastornos de la coordinación de la marcha y del habla
- Muñequeras lastradas, aumentan la inercia del movimiento y disminuyen el temblor.
- Órtesis mecánicas de resistencia variable
- Sillas de ruedas con soporte rígido, inmovilizan la cabeza-cuello
- Adaptaciones de instrumentos de la vida diaria, mediante agarraderas y asas engrosadas.
Tratamiento rehabilitador; se centrará en las consecuencias de la enfermedad más que en el diagnóstico médico y el objetivo fundamental será prevenir y reducir las discapacidades y minusvalías, aunque en algunas ocasiones también puede minimizar los déficit.
Para ampliar tu conocimiento la Fundación Catalana de EM aporta su granito.
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